(publicado el 2 de abril de 2005)
Dicen que los Caminos de Santiago son las rutas más antiguas entre
los peregrinajes de la cristiandad. Y también dicen que Europa se hizo
de una identidad -se conoció a si misma- caminando hacia la tumba del
Apóstol.
No son pocos los que han
salido a recorrer mundo, no por cuestiones de Fe o dudas existenciales
sino por muchas otras razones ...Pero la razón más importante es el deseo de hacer el Camino.
El primero entre nosotros que emprende un
verdadero peregrinaje -sean cuales fueren sus íntimas motivaciones- no
es otro que el amigo Ivan. Prepara su caminata con gran convicción,
prestando esmerada atención a los detalles. Soy testigo de su rigor en
la elaboración de cuidadosos planes y de las muchas veces que imaginó
con sobrada antelación cada uno de sus pasos de peregrino, forjando su
voluntad, su espíritu, para el esfuerzo que deberá afrontar. Nada ha
descuidado, nada ha dejado al azar.
Otras eran las
épocas cuando el Camino imponía sacrificios y penurias. Hoy se es
caminante y peregrino de la fe (si se tiene alguna) sin dejar de ser -simultáneamente- un
hombre de su tiempo.
Si falta algo, Dios proveerá...
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